Autocalificación

 


Llevo tiempo accediendo a las redes sociales, anotando las barbaridades que leo, las atrocidades que cometen quienes aprovechando las ventanas abiertas al mundo, ejercen su derecho y libertad de expresión, sin detenerse un instante en comprobar algunos detalles de sus entradas. 

Recientemente tuve la oportunidad de leer un artículo que refleja con exactitud mi posición ante los desmanes de, como el autor denomina, los «juntapalabras». Con su autorización me permito reflejarlo en esta entrada. Posiblemente su contenido en estas fechas no sea leído como correspondería. Insistiré mas adelante. 

«Hoy en día, cualquier persona por el mero hecho de escribir cuatro palabras románticas, pobre intento de satisfacer su ego; o formar parte de un grupo autodenominado Poético, quizás comunicarse con una persona a quien dice amar; considera dominar el difícil campo de poesía escrita y recitar su incalificable trabajo para grabarlo y colgarlo en las redes sociales. 

Muchos, por no decir la mayoría, autocalifican su trabajo como «poema de amor» sin tener en cuenta algunos aspectos primordiales. 

No puedo por menos que denunciar el cúmulo de atrocidades que cometen esos intrépidos poetas, que calificaré de barrio; con perdón al barrio; que ahondan día tras día mortificándonos con sus absurdas pretensiones. Más les valdría parar su reloj unos momentos y dedicarlos a perseguir otra gloría; hay muchas; o dedicarse a sembrar patatas con todo orgullo. 

Sin entrar en disquisiciones, como tampoco tratar de dar una clase maestra, expondré con quizás demasiada brevedad los aspectos básicos no considerados por esa clase de escritores de pacotilla. 

Aunque la poesía es arte, existen diferentes elementos que la clasifican en un tipo u otro. La forma de componer los versos, el número de estrofas, el ritmo o el tipo de rima influyen en gran medida a la hora de crear un poema. Es importante conocer… ¿Qué es? 

VERSO: Cada línea o renglón de un poema. 

ESTROFA: Conjunto de versos, equivalente a un párrafo en prosa. 

RIMA: Coincidencia de sonidos entre verso y verso. Puede ser rima consonante, cuando coinciden vocales y consonantes o rima asonante, cuando solo coinciden vocales. En el caso de que no exista coincidencia de sonidos, se conoce como rima libre o blanca. 

MÉTRICA: Suma de sílabas de un verso. Un verso se mide por su número de sílabas. Eso sí, hay excepciones. Si la última palabra del verso es aguda, se le sumará una sílaba más, si es llana se mantendrá y si es esdrújula se restará una. Asimismo, en determinados casos se unen determinadas sílabas, incluso de distintas palabras que terminan y empiezan por vocal. 

A la hora de unir o separar sílabas, también debes tener en cuenta los siguientes elementos. 

SINALEFA: Unión en una sola sílaba de la última sílaba de una palabra con la primera sílaba de la siguiente en caso de que coincidan sonidos vocálicos. 

HIATO: Recurso que evita caer en la sinalefa. Aparece cuando las sílabas no reúnen condiciones para unirse y se cuentan como dos sílabas diferentes. 

DIÉRESIS: Es el procedimiento que rompe el diptongo para convertir una sola sílaba en dos. 

SINÉRESIS: Fenómeno poético que permite unir en una sílaba dos vocales que, a simple vista, deberían ir separadas al presentar un hiato.

Tras los párrafos precedentes, conviene conocer la clasificación de los versos por el número de sílabas. Veamos: 

Versos de arte menor: 

Tetrasílabos: 4 sílabas. 

Pentasílabos: 5 sílabas. 

Hexasílabos: 6 sílabas. 

Heptasílabos: 7 sílabas. 

Octosílabos: 8 sílabas. 

Versos de arte mayor: 

Eneasílabos: 9 sílabas. 

Decasílabos: 10 sílabas. 

Endecasílabos: 11 sílabas. 

Dodecasílabos: 12 sílabas. 

Alejandrinos: 14 sílabas. 

El aspirante a poeta si ha comprendido lo precedente, debe tener en cuenta: 

Ritmo: melodía de un poema. 

Independientemente de tener o no tener rima, de cumplir o no cumplir normas métricas, un poema siempre debe tener ritmo. El ritmo se puede conseguir por varias vías, fundamentalmente por la repetición fonética con repetición de palabras o sonidos o por repetición de las sílabas acentuadas en cada verso, así como por las pausas. El ritmo es lo que otorga musicalidad a un poema ayudando a que se recuerde. 

Encabalgamiento: Ajuste entre la pausa versal y la sintáctica. El encabalgamiento se produce cuando un verso no tiene pausa al final, del mismo, es decir, cuando no tiene signo de puntuación al final del verso y hay que continuar leyendo sin pausa en el siguiente según los conceptos siguientes: El encabalgamiento suave no tiene pausa hasta el final del verso. El encabalgamiento abrupto tiene signo de puntuación mediado el verso siguiente. 

Frente al encabalgamiento, la esticomitia es la correspondencia entre frases y versos, cuando el final de cada verso lleva punto. 

Cualquier verso no sujeto a lo expuesto, no es poesía por mucho que lo pretenda. Si no sabe crear un poema, detente, reflexiona, estudia y lee a los grandes poetas. No nos mortifiques más ni prostituyas a la POESÍA.» 

Por favor poetas autocalificados, lean y apliquen el contenido del artículo 

 

© Fedro Zervas. 2021

 

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